ÍNDICE Y PREFACIO DEL LIBRO PUBLICADO POR RIL EDITORES (2013)
Índice
Prefacio……………………………………………………………………….11
Índice de siglas ……………………………………………………………23
Agradecimientos…………………………………………………………..25
Parte I
Capitalismo
1. El capitalismo: sus rasgos definitorios…………………………….27
2. Capitalismo y sistemas políticos: un bosquejo histórico…….47

Parte II
Capitalismo y Democracia
3. Democracia: aspectos procedimentales y sustantivos………..67
4. Democracia integral y Republicanismo…………………………..77
5. Valor económico, capitalismo y democracia integral…………89

Parte III
Estructuras de poder y mecanismos de dominación
6. Una teoría «aristotélica» del poder y la dominación……….119
7. Aristoteles: justicia y poder…………………………………………147
8. Dinero capital y poder: de Aristóteles a Marx……………….160
9. Dinero capital y poder: de Marx a Keynes…………………….172

Parte IV
Sistemas de legitimación y ciencia económica
10. La economía neoclásica como instrumento
de legitimación……………………………………………………….191
11. Legitimación cultural y competencia perfecta………………197
12. Institucionalismo conservador versión de Hayek………….217

Parte V
Mas allá del dogma: ¿poder o autorregulación?
13. Clásicos y Marx……………………………………………………..241
14. Thorstein Veblen y John Commons……………………………265
15. John Maynard Keynes……………………………………………..276
16. Joseph A. Schumpeter………………………………………………300
17. John Kenneth Galbraith…………………………………………..310
18. Gunnar Myrdal………………………………………………………328

Parte VI
La escuela estructuralista Latinoamericana
19. La teoria economica estructuralista …………………………..335
20. Globalización capitalista y democracia ………………………368
21. Versión multidimensional del sistema
global y de la visión centro-periferia…………………………..383
22. Integrar américa latina: dos visiones diferentes…………….413
Bibliografía………………………………………………………………..425

PREFACIO
Este libro se propone examinar los vínculos entre el capitalismo y la democracia en el marco de la globalización de las sociedades humanas del tercer milenio. Expresa la mirada de un economista formado en una visión sistémica, multidimensional y dinámica de las ciencias sociales. Los cambios histórico-estructurales interrelacionados del capitalismo y la democracia pueden encuadrarse fructíferamente en dicha visión epistemológica.

La crítica del capitalismo es el foco central de la argumentación. El capitalismo es entendido como un sistema de poder y dominación que ha estructurado la vida económica y modelado la cultura de las sociedades occidentales desde hace al menos doscientos años.

La teorización económica que ha predominado en la vida académica de dichas sociedades nace junto con el capitalismo de la mano de Adam Smith y se focaliza en el estudio de las capacidades autorreguladoras de los mercados para asignar los recursos productivos de una manera eficiente. Expresa los valores del liberalismo que ha predominado como visión económica y política del mundo. La epistemología de las ciencias sociales que, desde entonces, ha triunfado en occidente tiene un rasgo distintivo consistente en parcelar la realidad social y estudiarla a través de diferentes disciplinas. Esta fragmentación de miradas científicas ha favorecido el dogma de la autorregulación de los mercados y ha instalado el afán de lucro individual como orientador de la vida económica. El éxito de este sistema económico que ha conquistado el mundo radica en su capacidad para acrecentar el poder productivo del trabajo humano y por esa vía alimentar la esperanza de una prosperidad apoyada en los mecanismos del mercado.

Sin embargo la evidencia histórica demuestra que la desigualdad social, la explotación humana y la depredación del medio ambiente son lacras que parecen inherentes al funcionamiento de dicho sistema económico. También el poder productivo formidable desarrollado por las técnicas capitalistas ha cambiado el significado de la guerra entre naciones, dando lugar a masacres y genocidios en el siglo veinte que, por su magnitud, no tienen precedentes en la historia de la humanidad.

El presente libro plantea la necesidad de cambiar el foco epistemológico e ideológico del tema bajo análisis, rompiendo la compartimentalización disciplinaria y estudiando de manera conjunta la evolución de los sistemas económicos, políticos y culturales de las sociedades occidentales contemporáneas. Un rasgo ideológico del estudio de los vínculos entre sistema político y sistema económico en occidente ha sido la oposición entre las
nociones de estado y mercado. Las dos posiciones extremas fueron, por un lado, el liberalismo manchesteriano del siglo XIX defensor de un estado mínimo y promotor unilateral de las virtudes del libre mercado, y, por otro lado, los movimientos comunistas que culminaron con la revolución rusa y la constitución de la Unión Soviética. Durante el siglo XX, la primera de estas tendencias ideológicas, fundada en las virtudes autorreguladoras del mercado colapsó con la crisis de los años treinta, y la segunda se desmoronó por las
falencias del régimen soviético, las ineficiencias de sus mecanismos colectivistas de gestión estatal y su desprecio por los derechos y libertades ciudadanas.

Desde fines del siglo XX hasta hoy (2012) hemos presenciado el retorno del fundamentalismo de mercado de la mano de las megacorporaciones transnacionales.

El criterio propuesto en este libro es el de estudiarlo críticamente en el marco de la relación capitalismo-democracia, situada históricamente en la presente era global.

Partiendo de la dicotomía más bien abstracta y atemporal entre estado y mercado, este trabajo elige profundizar los vínculos teóricos e históricos entre estado democrático y mercado capitalista, que son los parámetros estructurales propios de las sociedades occidentales donde vivimos. En segundo lugar estas páginas atacan con máxima determinación el dogma de la autorregulación de los mercados que, parapetado en un falso concepto de libertad económica estigmatiza al estado como el símbolo de todas las ineficiencias y autoritarismos.

La prédica fundamentalista en favor de la autorregulación de los mercados y de las empresas se encuadra en un discurso teórico-ideológico que intenta minimizar la influencia del estado y, si es posible prescindir completamente de ella. En realidad, como esta prescindencia es absurda e imposible, la pugna por rechazar la tutela del estado está encubriendo un esfuerzo por colonizar o dominar sus instituciones para ponerlas al servicio del poder corporativo transnacional.

Como el capital corporativo no puede prescindir de las regulaciones del estado, presiona para lograr que esas regulaciones se adecuen a sus fines. El mecanismo del cabildeo (lobby) opera en los parlamentos con procedimientos que lindan en la práctica del soborno u otras formas de corrupción.

Ese es precisamente el cuadro histórico que hoy estamos presenciando ya no solamente en las regiones periféricas sino también en las principales potencias hegemónicas del mundo occidental. La actual crisis recesiva iniciada hace casi un lustro demuestra la creciente subordinación de las políticas gubernamentales a los intereses de las grandes corporaciones del capitalismo global.

El punto central que el enfoque sistémico e institucional de las ciencias sociales permite poner de relieve, es que los mercados capitalistas requieren de los estados democráticos para poder asignar los recursos económicos no sólo con eficacia sino también con justicia. Es más, los valores que se sustentan a través del mercado capitalista reflejan una racionalidad instrumental y microeconómica orientada al lucro, en tanto que los valores que se sustentan a través del estado democrático (en algunas de sus versiones posibles) aspiran a reflejar una racionalidad moral orientada a promover el desarrollo humano, satisfaciendo las necesidades y promoviendo las libertades que lo posibilitan.

El estudio del afán de lucro es un hilo conductor medular de la dinámica del capitalismo. El lucro es la meta y razón de ser del dinero utilizado como capital. Comprar para vender, lucrar y acumular a través del mercado es su fórmula mágica.

En los orígenes de la civilización occidental Aristóteles dio la voz de alerta al distinguir entre la crematística natural o necesaria dirigida a procurarse valores de uso, y la crematística lucrativa orientada a acrecentar la magnitud de dinero controlado por los mercaderes profesionales.

Las más gravitantes entidades que lucran y acumulan en el siglo XXI ya no son personas naturales sino grandes corporaciones que han subordinado causalmente la noción macroeconómica de crecimiento del producto, a la noción microeconómica de acumulación de capital lucrativo. Si las empresas obtienen ganancias y expanden el producto total, la agregación macroeconómica de esos resultados es considerada como el principal indicador sintético de crecimiento, incluso si es que dicho crecimiento arremete contra
el medio ambiente o se distribuye de manera injusta y regresiva. De manera vaga tiende a identificarse esa medida promedio con el progreso social y el desarrollo humano.

La empresa capitalista mira el lucro como un mecanismo para expandir su poder microeconómico privado, pero desde el punto de vista del estado democrático el lucro puede entenderse como una señal capaz de orientar los emprendimientos productivos en determinadas direcciones. Esta lectura del significado social del lucro es esencial para entender los vínculos entre mercados capitalistas y estados democráticos. Sin embargo el tema no ha sido estudiado, precisamente por la compatimentación recíproca entre la ciencia económica y la ciencia política y por el rechazo recalcitrante de los ortodoxos de mercado a cualquier intento de encauzar el uso social del lucro empresarial.